Quizá, se dice Raquel, la gente normal, la gente feliz, los otros, no aspiran a una vida tan intensa. Quizá se conformaron con lo que encontraron. no son adictos a las emociones fuertes. no aspiran a que su amante sepa hablar de cuadros y de libros y de composiciones de Stravinsky, y sea perfecto en la cama, entregado, perverso, imaginativo y sofisticado. Les basta con vivir el día a día y no esperan hallar fuera lo que no tienen dentro. Este chico, por ejemplo… y Raquel repara por vez primera en Eduardo cuando alza la cabeza y sus miradas se cruzan, aunque sin prestarle, por supuesto, más atención de la que merece a sus ojos, o sea, la mínima. Seguro que este chico , se dice, tiene una novia encantadora que será peluquera o trabajará de cajera en esta misma tienda, y seguro que no pierden el tiempo hablando de música ni de cine ni de arte, y seguro que están tan a gusto el uno con el otro, y seguro que son mucho más felices que yo.







il testo pubblicato è estratto da "Nosotras que no somos como las demás" di Lucía Etxebarria, le immagini sono di Cristina Fabris
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